¿Qué sentido tiene hacer lo que haces ?
Un cuento tradicional nos ilustra el fondo de la pregunta.
Un transeúnte se detuvo un día ante una cantera en la que trabajaban tres compañeros. Pregunto al primero:
-¿Qué haces amigo? Y este respondió sin alzar la cabeza:
-Picando piedras.
Preguntó al segundo:
-¿Qué haces amigo?
Y el obrero acariciando el objeto de su tarea le dijo.
-Ya lo ves, estoy tallando esta hermosa piedra.
Preguntó al tercero:
-¿Qué haces amigo?
Y el hombre, alzando los ojos llenos de alegría exclamó:
-¡Estamos edificando una catedral!
Si hacemos una analogía entre este cuento y nuestro trabajo. ¿qué respuesta daríamos?
¿Estamos picando piedras o construyendo una catedral? Si nuestra respuesta se acerca más a la primera es una señal que nuestra visión es débil.
No podemos pretender tener éxito en lo laboral si en personal no hay un sentido por el cual valga la pena el esfuerzo y la resiliencia. Pretender trabajar sin tener un sentido trascendente es equivalente a una actividad de picar piedras. Y lo que sería peor, hacer del trabajo una proyección de frustraciones personales, lo convertiría en un espacio para “patear piedras”.
En la metodología GTD, la productividad personal se aborda desde dos dimensiones: control y perspectiva. Por un lado, el control permite el dominio de la situación actual y favorece el logro de resultados con el buen uso de los recursos. Es decir, el logro de la eficiencia personal. Por otra parte, la perspectiva permite el logro de los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Es decir, logro la eficacia personal.
Ahora bien, dando por supuesto la eficiencia y la eficacia personal, hay un dimensión que enriquece la praxis en la productividad personal. Esta dimensión es el sentido y la trascendencia en lo que hacemos. Fue Viktor Frankl quien levanto su voz para señalarnos que la búsqueda de sentido es una de las tareas claves de nuestra existencia. Pues, podríamos tener todos los medios, incluso la fama y el éxito social, pero sentirnos vacíos por dentro. Lo primordial es estar dirigido o apuntando hacia algo o alguien distinto de uno mismo. Hacia un sentido que cumplir, una causa a la cual servir, o una persona a la cual amar, eso es lo que da verdadero sentido a la vida.
Encontrar el propio sentido tiene tremendas consecuencias para nuestra productividad. Pues, podríamos trabajar como obreros en una cantera con el único objetivo de ganar dinero para comer y vestirnos. Pero también podríamos trabajar en la misma cantera con la ambición y la pasión de construir una catedral. En otras palabras, trabajar es una actividad que no sólo nos permite lograr los objetivos de una institución, y los objetivos personales. Además nos permite trascender y construir algo mucho más grande que una piedra bien tallada.
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