En una sociedad tan competitiva y exitista la efectividad personal es la llave que puede abrir la puerta de la productividad y la realización personal. Ella nos permite integrar de manera equilibrada lo laboral, familiar y personal. Por lo tanto, quien desarrolla esta competencia puede obtener muchos beneficios, pero quien la ignora probablemente no logrará progresos significativos ni en lo personal ni en lo laboral y, lo mas probable, es que termine siendo un “ladrillo más en la pared” de la gran ciudad.
Los contenidos de este post son los siguientes:
- Contexto de efectividad:
- Cambió la riqueza;
- Cambió el trabajo;
- Cambió la productividad.
- Los secretos de las personas altamente efectivas:
- La falsa ilusión de éxito.
- Un gran secreto
- Responder las preguntas fundamentales
- Acrecentando el espacio interior.
- Ahora te toca a ti.
CONTEXTO DE EFECTIVIDAD
Cambió la riqueza.
El contexto de la efectividad son los cambios tecnológicos, económicos y sociales. Si en la edad media, un predictor de la riqueza eran los activos tangibles como la posesión de tierras, en nuestra era la riqueza se mide en activos intangibles como es la creación de conocimiento. Como prueba de esto basta constatar que las empresas mas valiosas en nuestra cultura occidental tales como , Apple, Microsoft y Google entre otras, lograron su riqueza no por sus tierras o los títulos nobiliarios de sus dueños. Al contrario, lograron su riqueza gracias a su innovación y emprendimiento, crearon conocimiento y valor para todos nosotros.
Cambió el trabajo.
Por otra parte, la naturaleza de nuestro trabajo ha cambiado, si en la época industrial el obrero ofrecía su fuerza de trabajo para producir bienes ejecutando procesos de manera mecánica optimizando los tiempos de producción. Aquí Taylor fue el gurú de la productividad. Ejemplo de lo anterior, es el obrero de una línea de producción de automóvil, cuyo trabajo consistía en hacer ciertas rutinas de la misma manera, en cierto tiempo y con la menor cantidad de errores. En la actualidad, nuestro paradigma es el de la sociedad del conocimiento acuñado por Drucker, en donde el conocimiento sustituye a la mano de obra, a las materias primas y al capital como fuente más importante de productividad y riqueza. Así surge el trabajador del conocimiento.
Cambió la productividad.
Ahora bien, dada nuestro cambio de paradigma la competencia clave en nuestra sociedad del conocimiento es la efectividad personal. Esto es pasar de ser un espectador a actor principal en la obra de la vida , controlando el presente y diseñando el futuro, Esto es más que productividad personal que nos permite ser eficientes y tener bajo control nuestros asuntos. Es más que la eficacia personal logrando nuestros objetivos. La efectividad personal es la competencia personal que nos permite mantener el equilibrio entre el control de nuestros asuntos mientras movemos las fronteras de lo posible.
LOS SECRETOS DE LAS PERSONAS ALTAMENTE EFECTIVAS.
Si comparo la efectividad personal con nuestro cosmos diré que la efectividad es una estrella al rededor de la cual orbitan muchos planetas. En este post voy a dar cuenta de uno de sus muchos “planetas”. El primer secreto de la efectividad es cultivar el propio ser.
La Falsa ilusión de éxito.
Para entender porque cultivar el propio ser es un gran secreto hemos de tener presente que nuestra cultura occidental no nos enseña a cultivar la propia identidad. Al contrario nos seduce con modelos estereotipados de éxito. Constantemente estamos bombardeados de mensajes en los medios de comunicación que nos ilusionan con un éxito casi inmediato, con poco esfuerzo y alto beneficio. Cuerpos esculturales tomando el producto A o B. Estrellas mediáticas del fútbol, la música o el cine rodeadas de fama . Y para que decir las fórmulas casi mágicas de obtener dinero. Lo que los medios no nos cuentan es que por lo general el éxito es la cima de un camino de esfuerzo, disciplina y dedicación. Sólo en el diccionario la palabra éxito esta antes que trabajo. Por otra parte, el deseo legítimo de triunfar requiere tiempo y perseverancia. Pensemos en los formación inicial de medicina, por ejemplo, son a lo menos cinco años para ejercer una profesión. ¿Qué pasaría si por la pasión por ayudar a los demás los alumnos de medicina estudiaran la mitad de los años? ¿cuantos errores cometerían? Su ayuda sería un desastre y perderían la confianza de la comunidad. Repito, sólo en el diccionario la palabra éxito esta antes que trabajo.
Un gran secreto: Ser para hacer
Cuando tenía 22 años, me estaba formando para el ministerio sacerdotal en la Congregación Salesiana, deseoso de trabajar a favor de los más necesitados. En la semana estudiaba filosofía y los fines de semana trabajaba en Centro de Menores. En mi comunidad nos quejábamos por el poco tiempo que nos dejaban para hacer apostolado. En esta comunidad conocí a un octagenerio sacerdote, llamado Guillermo Quiroz, quien nos compartía su secreto de la vida apostólica: “ser para hacer”. Y luego nos señalaba que el alma del apostolado era la interioridad. Con esto nos quería decir que la impaciencia no era buena consejera y que lo mejor que podíamos hacer por nuestro apostolado era estudiar, estudiar y estudiar. Ya vendrán tiempos para hacer muchas cosas. La verdad es que esto me sonaba a justificación para limitar nuestro servicio comunitario. Pero bueno, ya han pasado muchos años que dejé el ministerio y ahora me me doy cuenta que él tenía toda la razón, pues gracias a mi formación he podido hacer cosas que ni siquiera había pensado. Considero que este consejo que recibí al inicio de mi formación “ser para hacer”, es válido para todos y ahora te lo comparto para que puedas obtener sus beneficios.
Por esto, tanto en la formación profesional en una casa de estudios, como en la formación del carácter al interior de la familia y en el desarrollo de proyectos vitales es necesario cultivar el ser antes que el hacer, desarrollando las potencialidades, acrecentando el saber, fortaleciendo la voluntad para dejar huella. ¿Pero cómo se cultiva el ser?
Responder las preguntas fundamentales
Cada uno de nosotros en el algún momento debe responder a la preguntas fundamentales de la vida: ¿Quien soy? ¿Que sentido le voy a dar a mi la vida? ¿Cuál será mi aporte al mundo? Responder auténticamente estas preguntas permite crear un propósito para hacer lo que es correcto, lo que apasiona, lo que da fuerzas para luchar contra la adversidad y hacer realidad los sueños. En este contexto, Nietzsche decía “quien tiene un porque casi siempre encontrará un como“. Teniendo este porque el estudio profesional o el trabajo pasan a ser la expresión de nuestro ser. Sólo un ejemplo para ilustrar este punto. Tiempo atrás, conocí en Santiago a un músico de profesión abogado. Me contaba que estudió derecho por la influencias de sus padres pero su pasión era el piano. Pero ya que había dado el gusto a sus padres estaba ahorrando para estudiar en el Conservatorio de Música. Y eso hizo, renunció a su trabajo, tomo sus maletas y viajó a Italia a probarse en el Conservatorio. Dio su examen, fue aprobado estudió piano. Él fue capaz de responder auténticamente a la pregunta del sentido de su vida y luego hizo lo correcto.
En este contexto, las palabras de Steve Jobs son una invitación provocadora para responder las preguntas fundamentales con autenticidad.
“No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.
De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.”
(Steve Jobs, Discurso Universidad de Stanford, 2005)
Acrecentando el espacio interior.
Pero cultivar el propio ser no viene en ningún programa y es un arte que se aprende. Tiene tiene que ver con desarrollar tu inteligencia emocional con el ser capaz de escuchar tus emociones, estar atento a tus sueños despiertos, a los pequeños o grandes descubrimientos personales, a lo que te dicen las personas que te quieren bien. Esto es una tarea vital. Discernir para tomar decisiones auténticas es una habilidad básica para la efectividad. Para esto, es necesario entrar al santuario de la propia conciencia para escuchar la voz interior y permitirte ser uno mismo, todo uno mismo y nada más que uno mismo. Se trata de cultivar el propio ser evitando los complejos de superioridad o inferioridad. Se trata de escuchar al corazón y a la intuición, tal como señalaba Steve Jobs en su discurso en Stanford.
AHORA TE TOCA A TI.
Recuerda que no existe verdadera efectividad sin autenticidad, ni autenticidad sin escucha del propio ser. Por lo anterior te invito a cultivar tu mundo interior. Bloqueando tiempos para ser, en la mañana o en la tarde, o en los fines de semana con alguna de estas sugerencias:
- leer un buen libro.
- Escribir en un diario.
- Escuchar tus emociones.
- Meditar
- Orar
- Escuchar música
- Caminar
- Andar en Bicicleta
- …
Ahora bien, si esto para ti es una nueva rutina te invito a que comiences con períodos cortos de prueba, una semana o un mes. De modo que vayas evaluando tu avance. Puedes registrar tus compromisos en un diario o en una aplicación como Coach.me. ¡Hoy es un buen día para comenzar!
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